El Mono Burgos decide volar solo

El Atleti comunicó ayer a mediodía que el Mono Burgos volará solo al final de esta temporada. No es que fuera una gran sorpresa, se venía comentando desde hace meses, pero el anuncio no dejó de producir su impacto. Sólo es un segundo entrenador, me pueden decir, pero su salida deja un punto de nostalgia. Todos tenemos que entender que el Mono Burgos quiera volar solo, medir sus conocimientos, individualizar sus éxitos, pero caray... Se trata del mismo tipo que en fechas peores emergió del subsuelo saltando la tapa de la alcantarilla justo donde confluyen Gran Vía y Alcalá para anunciarnos que el Atleti estaba de vuelta.

Él compendia la peripecia del Atleti en lo que va de siglo XXI. El anuncio de su despedida vino acompañado de un video de verdad bonito, un canto de amor y respeto al fútbol, al club, a sus maestros, a su amistad con Simeone. Llama la atención el orgullo con que presume de algo en lo que yo no había caído: "Hemos entrenado a cinco de los siete campeones del mundo de la historia del Atleti". A saber, Torres, Villa, Griezmann, Lucas Hernández y Lemar (los otros fueron Fillol y Vavá). Toda la entrevista habla de felicidad por la tarea desempeñada, que aún espera culminar con la Champions tanto tiempo soñada. Quién sabe.

En fin, Simeone seguirá sin él. Ya veremos quién ocupa el amplio lugar que deja Burgos en su trastienda. No es ninguna tontería un segundo entrenador. Maneja tanta información como el primero pero no sufre tanta presión, por lo que puede ser su mejor consejero y aliviar tensiones. He conocido parejas muy compenetradas y de gran éxito, como Valdano y Cappa o Cruyff y Rexach. Ninguna duró tanto. Esta ha cubierto ocho años, el mejor periodo en la historia del Atlético, tan distinto estos días al que encontraron. Desde pronto, los atléticos de ley tendrán dos equipos: su Atleti del alma y el que ofrezca su banquillo al Mono Burgos.