Una versión mejorada de Marco Asensio

La lesión le llegó a Asensio en el peor momento. Marco renunció en 2019 a la Eurocopa Sub-21 porque Zidane le dijo que le quería desde el primer día a tope. Iba a ser, por fin, indiscutible en el Madrid. No había jugado un solo minuto en la clasificación para aquel torneo Sub-21 (era un fijo con la Absoluta), pero el cuerpo le pedía ir. Por fidelidad y amistad con Luis de la Fuente. Porque la del 96 es su generación, los amigos con los que se había proclamado campeón de Europa Sub-19 en 2015. Y porque el premio era el billete a los Juegos. Aquella llamada a De la Fuente en la que le comunicó su decisión de no ir fue un momento complicado para él. Y desde ese instante tuvo algo claro: el sacrificio de no ir a Italia (luego España sería campeona) debía tener recompensa. Por eso llegó a la pretemporada en un estado físico inmejorable. Lo demostró en los pocos minutos que tuvo antes de la lesión. Gran parte de sus vacaciones las dedicó a entrenarse en solitario para ser desde el primer día el líder que muchos reclamaban. Además Zidane le había reservado la banda derecha, la demarcación que siempre reclamó como la ideal para él. Quería responder a algunas críticas que le habían dolido. Y entonces llegó la maldita lesión de rodilla...

Me arriesgo a dejar esto por escrito: no veremos al Asensio de antes, sino una versión aún mejor. Estos meses le han servido para madurar y para reforzar el aspecto mental. En los últimos años todo en su vida fue muy deprisa: ganar dos Champions, jugar un Mundial... Ahora ha tenido tiempo de valorar todo lo logrado. Los asensistas, que son muchos entre los madridistas, tienen motivos para sonreír...