Olvídate

Después de esta buenísima racha, en la que ningún equipo ha perdido en cuatro meses, necesitaremos empezar por lo básico antes de retomar otra vez los partidos de fútbol. Quizá lo primero sea echar un vistazo a la clasificación. En cuatro meses puede olvidarse casi cualquier cosa, sin exagerar. Exagerando, puedes olvidarlo todo, quién eres, qué haces, dónde estás. Garrincha olvidó, el día más importante de su vida, durante el Mundial de Chile, que esa tarde se disputaba la gran final. Regresaba al vestuario, tras el calentamiento inicial, cuando se acercó a Aymoré Moreira, el seleccionador, y le consultó: "Disculpe, maestro, ¿hoy es la final?" Moreira lo miró fijamente. "Sí… jugamos contra Checoslovaquia", aclaró. "Ah… con razón hay tanta gente", se rindió Garrincha, con inclinación al despiste.

Husmear en la clasificación representa uno de los espectáculos más baratos y saludables que existen. Es mejor que fumar. Pero produce solo una satisfacción pasajera y seguramente engañosa. Después de todo, reanudar la competición no implica necesariamente retomar las cosas tal y como se dejaron. La falta de uso hace estragos. ¿Y si es cierto, como se nos alerta a todas horas, que el mundo no va a volver a ser el de antes? ¿Cómo se traduce un cambio así en fútbol? ¿Acaso se acaban de repente, igual que se apaga y enciende un interruptor en la pared, unas hegemonías y nacen otras? ¿No van a ganar los de siempre? Nadie puede pensar esto en serio.

Disparo de Busquets.

Y el juego, ¿será el mismo tras tanto tiempo parado? Cuando solo hay unas semanas de vacaciones entre el fin de una temporada y el comienzo de otra está casi garantizado que el presente se parecerá al pasado. Es decir, el Madrid seguirá sin jugar a nada y ganando, el Atlético volverá a competir agónicamente y el Barça otro año más hará que juega como si su cruyffismo original no hubiese degenerado, por ejemplo. Ahora bien, no pasaron unas simples vacaciones. Pasó lo nunca visto, así que el juego difícilmente podrá ser el mismo. Esto tampoco puede pensarlo nadie en serio. Olvídate.