El chaval tiene planta de gran portero. Se le nota nada más observar cómo se mueve bajo los tres palos. Atento, rápido, con unos reflejos sensacionales y buena colocación. Me gustó desde el día que le vi debutar ante el Manchester United en el Hard Rock Stadium de Miami. Esa tarde también se estrenaron Fede Valverde y Reguilón. Buena terna... Tampoco desentonó en el Trofeo Bernabéu ante otro histórico como el Milán. Y un año después confirmó los buenos presagios ayudando a la selección ucraniana a ganar el Mundial Sub-20 en Polonia. Lo mismo que hizo Casillas en Kaduna en 1999... Magnífico antecedente. Además, díganme ustedes quién puso a Ucrania entre las favoritas antes de iniciarse aquel torneo. Los grandes porteros hacen campeones a los mediocres. De ahí su valía. Ese Guante de Oro acredita la apuesta que el Madrid hizo por él, en esa satelización maravillosa de jóvenes talentos. Ya sé que la pasarela del Bernabéu es exigente e implacable. Muchos se quedaron el camino. Pero pueden apostar por Lunin. Pasará la ITV del Real Madrid...

Eso sí, a pesar de su juventud (21 años), se han perdido de forma lastimosa dos años de su formación. El Madrid debería penalizar a los clubes que no utilizan a sus cedidos. Ya sé que hay un plus en el precio de la cesión si juega un número de partidos, pero yo incluiría otra cláusula obligándoles a pagar toda la ficha del futbolista si no le ponen en un mínimo de 20 encuentros. No puede ser que en el Leganés jugase sólo siete partidos en toda la temporada y que en el Valladolid fuera a peor (sólo dos encuentros). Cuéllar y Masip le cerraron el paso. En mi admirado Real Oviedo sí tiene continuidad y ya suma 10 partidos en sólo unos meses, más que lo que jugó en los dos años de destierro en Butarque y Pucela. Lunin vuelve a ser Lunin. El futuro heredero de Courtois. Lunin es una alternativa idónea y fiable.