MotoGP ha dejado de ser "sí o sí"

La sociedad internacional no ha sabido calcular la agresividad del coronavirus. En muchos casos se ha reaccionado tarde. Y en otros, ya inmersos en la pandemia, se ha trabajado, o aún se trabaja, con plazos irreales o inciertos, cuando nadie sabe nada de lo que ocurrirá mañana. El deporte también participa en esos vaivenes. Los organizadores montan planes para resurgir lo antes posible, para salvar un negocio del que dependen tantísimas personas. “Los 55.000 puestos de trabajo vinculados a la NBA no me dejan dormir”, ha dicho Adam Silver, el comisionado de la liga de basket. Y como él están muchos. Sin embargo, ese interés por volver no debe nublar el camino ni la meta. “Nosotros no marcamos los tiempos, los marca el virus”, repite Anthony Fauci, el epidemiólogo de la Casa Blanca.

El Mundial de MotoGP acaba de suspender otros dos grandes premios: Italia y Cataluña. Ya van ocho. Y cada vez hay menos hueco para reubicarlos. El viernes se cumplirá un mes del encuentro que Carmelo Ezpeleta mantuvo con AS, donde expresó con rotundidad que el campeonato se iba a celebrar “sí o sí”. Entre las soluciones que manejaba estaba la posibilidad de organizar carreras en diciembre y enero. Con el paso de los días, el ejecutivo de Dorna rectificó: “Tampoco podemos meternos mucho en el invierno para no estropear la temporada 2021”. En ese topetazo de realidad que nos pegamos todos cada mañana, Ezpeleta ha dado ahora un paso más, y ya no descarta que el Mundial 2020 pueda cancelarse. El catalán es un brillante gestor, un gran dirigente del deporte, además de sensible con los 4.500 trabajadores del paddock, como demuestra la reciente inyección destinada a los seis equipos privados. Ni Silver ni Ezpeleta quieren cancelar la NBA o MotoGP. Trabajan para salvarlas, sin duda. Pero la crudeza del COVID-19 arrasa con saña y crueldad las mejores intenciones.