El día que se presentó Asensio como jugador del Madrid (16-8-2016) nos emocionó a todos cuando rompió a llorar recordando a su madre, fallecida cinco años antes. “Desde el cielo estará feliz al ver que he cumplido mi sueño”. Marco es madridista de cuna, no de postureo. Por eso, cuando tenía 18 añitos hizo oídos sordos al interés del Barça y le dijo a Horacio Gaggioli, su agente, que sólo atendiese al Madrid. Se puede afirmar que el mallorquín ha sido el fichaje más rentable de la era moderna. Por sólo 3,9 millones de euros (doce veces menos de lo que costó Militao, por ejemplo) el Bernabéu disfrutó y volverá a disfrutar de un jugador con una calidad excepcional.

No les voy a negar que Asensio tuvo un bajón desde el Mundial de Rusia que ha reducido las expectativas sobre su futuro, dado que tras su doble exhibición ante el Barça en la Supercopa de 2017 algún osado como yo hasta profetizó un Balón de Oro a corto plazo. Pero ahora lo fácil sería poner en tela de juicio sus opciones de deslumbrar tras sufrir una lesión tan terrible como dolorosa. Yo soy más optimista. Tiene sólo 24 años y estos ocho meses en la soledad de Valdebebas le han servido para madurar y recuperar ese hambre por competir para poder estar de nuevo a la altura de los mejores. Juventud, talento y equipo tiene para ello. Marco, lo mejor está por llegar.