Crisis más allá de las fechas

El deporte forma parte de nuestras vidas y nuestras vidas están patas arriba. La conmoción general provocada por el coronavirus tiene efectos impredecibles, intentar saber qué ocurrirá con las competiciones es un ejercicio de adivinación. Los organizadores de los grandes premios de Fórmula 1 y MotoGP, como el resto de especialidades del mundo del motor, intentan reorganizar sus calendarios. Misión imposible en estos momentos, el alcance de la pandemia es incierto pero ya sabemos que muy superior al que inicialmente la mayoría preveíamos. Así que toca esperar y ver cuántas carreras se pueden salvar en este 2020, dando por bueno que la temporada próxima llegue a desarrollarse con normalidad, ésa en mi opinión ya sería una estupenda noticia.

Porque las consecuencias de este drama van mucho más allá del descalabro de fechas, cuando se consiga superar la amenaza para la salud vendrá otro desafío de igual trascendencia, el económico. Las empresas se replantean su futuro con inquietud y son ellas las que sostienen el deporte del motor, donde se manejan presupuestos gigantescos que, sin duda alguna, se verán afectado por la nueva coyuntura. Nada diferente a lo que preocupa a cada compañía, a cada trabajador, a cada persona: ¿cómo superaremos semejante hecatombe? Es impensable que la Fórmula 1 o MotoGP salgan indemnes, serán necesarios sacrificios y esfuerzos, ser imaginativos y tener acierto en las decisiones para garantizar la viabilidad de disciplinas con inversiones desorbitadas.