Griezmann, un tipo que conoce los rincones

Ir al Bernabéu no es fácil. De todos los campos, es el que más impone y ese plus de "miedo escénico" juega a favor de los locales. La suerte para el Barcelona es que hay muy pocos equipos que le tengan tan poco respeto al feudo madridista como los del Barça, que se han acostumbrado a ganar ahí. Messi, Piqué, Ter Stegen o Busquets salen sin complejos al césped de Chamartín y Griezmann es uno de los que se suma a la tropa. Sabe lo que es un recibimiento hostil en el estadio madridista y nunca se ha arrugado. Ha podido protagonizar mejores o peores partidos, pero se conoce todos los rincones del campo. Nadie tiene que explicarle por donde se entra, qué sector del campo le gritará más o cómo se las gastan los defensas. Lleva 13 partidos de visitante en el Bernabéu con el Atlético de Madrid y ya nada le vendrá de nuevo.

El francés ha pasado de puntillas en la temporada blaugrana porque nadie atiende a sus registros, que son realmente satisfactorios. Griezmann es el especialista del club blaugrana cuando toca abrir la lata, se desgasta trabajando en defensa y nunca se marcha del campo sin haberlo dado todo. Puede que le falte química con Messi, que no tenga la fantasía de Neymar y que no acapare titulares. Pero con los números en la mano, es indiscutible. Y es de los pocos a los que el Bernabéu no le da miedo. Es más, le pone.