Vinicius fue la gran amenaza ofensiva del Real Madrid. Un equipo valiente, que juega muy abierto y que le cuesta defender las transiciones como el Manchester City pedía velocidad en el ataque blanco y Zidane lo leyó de manera perfecta incluyendo al joven brasileño en el once. Poco que reprochar a un Vinicius que siempre se atreve, que asume responsabilidades y encara de manera constante.

Ese es el fútbol de los regateadores, no tener miedo al error e intentarlo de forma constante, porque cada vez que tengas éxito provocarás una ocasión de peligro. Le faltaron socios, vimos muy poco a Benzema, Valverde apenas se asomó por zonas de ataque y solamente Isco, que realizó un encuentro brillante e incluso marcó un gol, colaboró en sumarse a zonas de remate pero ya sabemos que no es un especialista en esas lides. Toca el más difícil todavía y remontar en Manchester.