Se han perdido 50 goles por temporada

Estos días me tienen frito a mensajes mis amigos futboleros, que son legión, hablándome de las capacidades goleadoras de ese fenómeno llamado Halaand (de sus goles disfrutan ahora en Dortmund), de Lewandowski (ya anda por 25 dianas con el Bayern), de Mbappé o Neymar, que golean un día sí y otro también con el PSG, del mismo Kun Agüero que sigue con su olfato intacto en el Manchester City y, por supuesto, del eterno Cristiano. Todos los equipos que quieren ser referencia del fútbol se caracterizan por tener un portero y un delantero centro determinantes. El Madrid ha tenido su portería a buen recaudo durante cuatro meses y eso le permitió coger una racha tan buena que le hizo pensar en la posibilidad de ganar todos los títulos en juego. Pero en ese tramo triunfal olvidamos que los goles blancos llevaban casi siempre la firma de los centrocampistas y de los defensas, especialmente de Sergio Ramos. Benzema es un diez que lleva el nueve a la espalda, y parece mentira que el club no midiese esa cruda realidad cuando decidió exiliar a Cristiano a Turín sin buscarle un mínimo relevo de garantías.

Los 50 goles anuales del crack no se pueden compensar con los 20 habituales de Karim. Se han perdido 30 goles por el camino y por ese agujero se diluyen Ligas, Champions, Copas... Toca apelar al orgullo y al escudo. Habrá que meter los goles con el corazón.