Por fin Messi, por fin el fútbol

Los Laureus 2020 han saldado una deuda: el premio individual a un futbolista. Era ciertamente chirriante que en las 20 ediciones anteriores, los Oscars del Deporte no hubieran laureado el pulso estelar de Lionel Messi y Cristiano Ronaldo. Por fin se hizo justicia. En los dos últimos años lo veníamos reivindicando en esta misma columna, así que ahora toca aplaudirlo, aunque suponga dejar a Rafa Nadal sin trofeo. Tiene gracia que los Laureus, tan amigos siempre del tenis, un deporte con 29 premios por 15 del atletismo, no hayan recompensado al balear tras conquistar dos Grand Slams, la Copa Davis y el Número 1. Por menos, en los dos últimos cursos eligieron a Roger Federer (2018) y Novak Djokovic (2019), que suman cinco y cuatro estatuillas absolutas, por una del español. Rafa gusta menos que sus compañeros de Big Three, ¡qué le vamos a hacer!

Messi compartió premio con Lewis Hamilton, que jugaba en casa, en los dominios de Mercedes, aunque eso no resta un ápice de mérito a un campeonísimo con seis títulos mundiales de Fórmula 1. También fue galardonada Sophia Flörsch, tras su accidente brutal. Y había un tercer Laureus posible para la fábrica alemana, el de Mejor Equipo con su escudería de F1, pero aquí se impuso el rugby de Sudáfrica, con un recuerdo entrañable para Nelson Mandela, que dos decenios atrás, en esta misma Gala, en Mónaco, dijo aquella inspiradora frase de que “el deporte tiene el poder de cambiar el mundo”. Los Springboks compartían categoría con la Selección de básquet, que no se fue de vacío, porque el Baloncesto Español recibió una distinción especial por el doblete de sus dos equipos masculino y femenino, y por sus 26 medallas en los últimos 20 años, el mismo aniversario que celebraron los Laureus. Fue el único premio para España en una ceremonia que también habló castellano con Egan Bernal (revelación) y, por supuesto, con Lionel Messi, el mismo que tumbó el muro del fútbol en Berlín.