Todo empezó sobre patines

Mientras veo desfilar a los premiados en la VI Gala del Patinaje, me ha venido a la cabeza que un deporte adscrito a esta federación, el hockey sobre patines, fue el pionero en las disciplinas de equipo, que ahora tantas alegrías dan a España. Este fin de semana tenemos a tres Selecciones peleando por el oro en Europeos: la femenina de waterpolo, este sábado contra Rusia; la masculina del mismo deporte, el domingo frente a Hungría, y la masculina de balonmano, los Hispanos, también el domingo ante Croacia. Ahora parece lo más normal luchar por los títulos internacionales. De hecho, se han logrado oros olímpicos, mundiales o continentales en fútbol, baloncesto, balonmano, fútbol sala, waterpolo, hockey hierba, voleibol… No siempre fue así. Antes que esto, mucho antes, la Se­lección de hockey patines conquistó el primer Mundial en 1951, cuando la vida todavía era en blanco y negro, en un abarrotado Palacio de Deportes de Barcelona, ya inexistente, que congregó a 12.000 espectadores. Desde que encendió aquella mecha ha sumado 17 Mundiales. Ninguna tiene más.

El hockey patines, tan seguido en aquellas fechas, no se ha desviado de la senda del éxito desde entonces, pero tampoco ha conseguido crecer. Su implantación geográfica en España se reduce a dos o tres focos, especialmente a Cataluña. En el Mundo pasa más o menos lo mismo. Esa es la principal razón de que no haya logrado entrar en el programa olímpico, aunque en Barcelona 1992 sí participó como exhibición. Y eso que el histórico Juan Antonio Samaranch fue el seleccionador en aquella final. El Patinaje, o Roller, podrá cumplir por fin ese sueño en Tokio 2020, pero lo hará con el skateboarding, una disciplina joven, más adaptada a los tiempos, un símbolo de la modernidad olímpica. El hockey tiene ese camino cerrado, pero siempre podrá presumir de que todo empezó sobre patines.