Bale: un día más en la oficina

No parecía el galés el tipo más feliz del mundo en su vuelta al equipo titular del Real Madrid. Ni siquiera marcar el primer gol del partido dibujó una sonrisa en el rostro de un futbolista que cada día tiene más pinta de tomarse su trabajo en Valdebebas como el del funcionario al que su labor no ilusiona demasiado. Tampoco alteró el rostro el de Cardiff ante el gesto cariñoso de su entrenador cuando decidió retirarle del campo. Zidane buscó la complicidad de su jugador ,en su afán por que nadie del grupo se tire del barco antes de tiempo ante las dificultades que se pueden presentar en el camino. Los más entusiastas de Bale se contentaran con el golito y un par de carreras al espacio,aunque el lenguaje corporal del galés invita a pensar que no está demasiado satisfecho con su papel en el equipo. Técnico y jugador parece que han llegado a un pacto de no agresión de aquí hasta el final de temporada,una especie de yo te pongo cuando te necesite y tu vete del Palco del Bernabéu cuando te de la gana. Todas las partes son conscientes de que la mejor versión del otrora aspirante al lugar de Cristiano queda ya muy lejos pero que quedan cinco meses de convivencia forzada que hay que pasarla de la mejor manera posible. Y si es con goles y algo más de compromiso mejor que mejor.