El Espanyol se despide de la Copa y ya deja de pertenecer al selecto grupo de equipos que seguían vivos en las tres competiciones. El Getafe cayó en la ronda anterior, y los pericos se despidieron ante un Primera con hambre y en un estadio tan complicado como es el de la Real Sociedad. Una eliminación nunca es positiva, pero la temporada no está para tanto partido, sumergido el equipo de Abelardo en la lucha por la salvación y en esos ilusionantes deiciseisavos de final de la Europa League. La Copa es un hobby. Lejos de las obligaciones, puede dar alegrías, como en 2000 o 2006, pero normalmente está para disfrutar de un deporte que a veces es prisionero de la rutina liguera. En esta edición, la aventura finaliza pronto.

Ante una Real plagada de titulares, entre las carreras de Barrenechea y la calidad de Odeegard u Oyarzabal, el Espanyol de Abelardo plantó cara. Jugadores como Pol Lozano o Vargas dejaron sus destellos, mientras que otros, como Ferreyra o Lluís no dieron ese paso adelante para posicionarse en el equipo titular. No hay mucho tiempo para que encuentren su sitio, ya que la competencia es más estrecha con los fichajes de Cabrera, Embarba y Raúl de Tomás. Al Espanyol le queda un viaje de cuatro meses hasta el final de LaLiga. Esta noche se ha quitado peso de su maleta. Ojalá sirva para aliviar el camino.Tiene que llegar a su destino de la forma que sea.