El Sevilla tiene un más que justificado derecho al pataleo

El Sevilla jugó en el Bernabéu como hacía años que no jugaba y estuvo más cerca de puntuar que nunca. Del mismo modo, volvieron a pasarle cosas raras en el Bernabéu, como que Casemiro le marcara el primer doblete de su carrera o que el VAR actuara de la manera más errática que se le recuerda. Porque si el criterio es que sólo entra a valorar acciones blancas o negras, no se entiende que anulara el primer gol de De Jong que, como mínimo, es gris. Y si todas las manos que acaban en gol deben ser señaladas, no se explica que no actuara en el empate a uno, que pareció validar por pena.

Tras una excelsa primera parte, al Sevilla le queda derecho al pataleo porque ganar en el Bernabéu exige subir el Everest. Y en tardes como la de este sábado, además, hacerlo haciendo el pino y silbando a pleno pulmón. Y, lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible.