De las Guerreras a los Hispanos

El año 2019 camina a su final con el regusto aún intenso de la inesperada plata de las Guerreras, que estuvo a punto de convertirse en un todavía más inesperado oro. El balonmano femenino aceleró su transición y reverdeció laureles no tan lejanos. Antes de viajar al Mundial, la Selección sólo echaba cuentas para entrar en el Preolímpico, una dura misión que se cumplió con premio extra, porque, gracias al subcampeonato, cayó en un grupo más asequible. Por si fuera poco, el torneo ha sido concedido a España. Del 20 al 22 de marzo, el equipo de Carlos Viver buscará el pasaporte a Tokio 2020. Mientras llega esa fecha, tres de ellas (Cabral, González y Pena) han sido nominadas a los Handball Planet. Y el balonmano ha cambiado de tercio para darle la alternativa a ellos: los Hispanos.

La Selección masculina se concentró este jueves en Torrelavega para comenzar su preparación para el Europeo, que arrancará el 9 del próximo mes. Previamente, del 3 al 5, jugará el Memorial Bárcenas en la misma localidad cántabra. Estos mecanismos se clonan prácticamente desde el año 2000, que trajo un cambio relevante de calendario para el balonmano internacional, que desde entonces celebra sus torneos en enero: en los impares hay Mundial y en los pares toca el Continental. Ellas lo hacen en diciembre. Estas fechas permiten una ventana de divulgación exclusiva para este deporte, que evita así la competencia con otras disciplinas colectivas en verano. Los Hispanos defenderán el título de 2018 con la misma base: 15 campeones repetidores. El oro viene acompañado de un viaje a Tokio. A diferencia de las chicas, aquí no hay agobios con el Preolímpico, que ya se alcanzó el año pasado. El Europeo ilusiona, sí, pero esta generación tiene otra dolorosa espina muy clavada: los Juegos. Los Hispanos no se clasificaron para Río 2016. Y muchos saben que están ante su última oportunidad.