La letra de João Félix como impulso hacia el gol

La transición que envuelve al Atlético, por la que pende de un hilo en la Champions y que le compromete en LaLiga, da con un Villarreal de sensaciones opuestas, acertado en ataque y vacilante atrás. La quebradiza cohesión defensiva del conjunto amarillo invita a la redención goleadora que tanto necesitan los de Simeone. El Villarreal ya ha encajado 24 goles, de todas las formas posibles, por su persistente fragilidad. Sorprende que sea el equipo de LaLiga con la línea defensiva más cercana a su portería, a poco más 34 metros, un desempeño que obedece a su obsesión baldía de blindar el bloque. Con esa postura, Calleja pretende tapar la larga espalda de los laterales, la distancia entre la zaga y la medular y las dificultades en un repliegue en el que sólo Anguissa ofrece fiabilidad. La esencia de João Félix, al que el Atleti ha de reencontrar, cuadra con las debilidades del Villarreal.

João puede resultar determinante en distintos tipos de jugadas. Sus intervenciones por detrás del mediocampo local atraerán el criterio rojiblanco. Thomas y Herrera deben buscar entregas sostenidas hacia su figura. El sector izquierdo del Villarreal se agrieta por la aparición de espacios entre lateral, central y centrocampista. El portugués también posee la capacidad de dividir en conducción tras la descarga de Morata. El Villarreal no tolera bien este tipo de conexiones. Asimismo, al Atleti le queda el arma del contraataque con las caídas de Morata a la banda y la continuación interior de João Félix. Como complemento final, la presión adelantada será otra arma atlética por los riesgos que los de Calleja asumen en la salida, que le convierten en el conjunto con más pérdidas en campo propio (18). Herrera saltará sobre un Iborra al que le cuesta perfilarse.

La partitura del partido se invertirá en fase de posesión amarilla. La pulida elaboración del Villarreal, demostrada en sus cifras de pases por posesión (5,4) y por minuto (15), reúne precisión y viveza. Flota por dentro y rompe por fuera. Sobre el cuatrivote de Simeone recae la obligación de interrumpir la circulación amarilla, considerando la facilidad rival para desequilibrar con cambios de orientación y a la contra con jugadores como Ekambi o Chukwueze. La falsa posición en la banda derecha de Gerard Moreno también reclamará el esmero de la zaga y Koke para entender sus movimientos hacia el área, la zona que antes dominaba como nadie el Atlético tanto en ataque como en defensa y que durante esta temporada tantas preocupaciones le genera.