Los fines de semana sin campeonato de Liga se hacen eternamente aburridos, máxime cuando te encuentras en situación necesitada y no ves la hora de que llegue el siguiente partido. Ahora empieza la verdad. Después de tres meses decepcionantes en la competición nacional, toca deshacerse de la mochila de excusas que arrastramos desde agosto y afrontar la delicada situación en la que solitos nos hemos metido.

El de domingo con el Getafe es la primera batalla para encarar la salvación. Sí, señores, la palabra salvación. A los objetivos hay que empezar a definirlos claramente y ahora mismo esta temporada hay que salvarse como sea, sin que podamos distraer ni disimular la crudeza de la realidad del momento y que el objetivo real de esta temporada pasa por la permanencia en Primera División.

Domingo tiene que verse un estadio con un aspecto mucho más agradable. No hay excusa posible de ningún tipo. El equipo nos necesita, la entidad ha hecho un pequeño esfuerzo en la campaña de promoción del partido (podemos discutir si lo suficientemente ambiciosa o no, pero la ha hecho, como se le pedía) y el horario es bueno. Todos alicientes para que el partido ante el cuadro madrileño presente una muy buen entrada que ayude al equipo a conseguir los primeros tres puntos en casa, tan imprescindibles como anhelados. Ya no podemos vivir de lamentos y del pasado, ahora la realidad es tan evidente que no podemos esquivarla. Que todo el mundo lo sepa, este domingo empieza la primera batalla de la temporada. Una batalla, de las muchas que tendremos en esta guerra por alcanzar la salvación.