Carlos Sainz y la hoja de ruta del destino

En mi felicidad de ayer viendo un tío grande en el podio me acordé de entonces. Era un lugar muy especial de Abu Dhabi, noche cerrada, final de temporada. Por aquella fiesta andaba Lewis Hamilton, Fernando Alonso despidiendo su etapa en Ferrari, incluso Sebastian Vettel se pasó por allí. Y estaba también una leyenda de apellido Sainz. ¿Qué pasa Carlos, dónde has dejado al chaval? “Carlos mañana entrena con el F1, se ha ido a descansar”. ¿Pero si es joven y esto es una fiesta?, recordó alguien. “Nada, lleva desde las nueve y media en la cama”, respondió el padre. No es fácil comprender a un piloto de Fórmula 1. Son gente especial. Personas inteligentes con un talento sobrenatural para casi todo y algunos, además, tiene una capacidad de trabajo increíble. Pasados los años, ya con los pies en plomo en la F1 pregunté a Sainz en Mónaco. ¿Que daría por ser campeón del mundo? “Lo que estoy dando ahora, todo mi sacrificio, mi esfuerzo, todo… No me falta por dar nada más de lo que ya doy”. Dicen que cuando haces todo lo posible para que tus sueños sean una realidad ni siquiera el universo de lo imposible puede hacer nada para evitar que lo consigas. Si no es así, es que algo falta. A Carlos Sainz no le falta nada por hacer y poco a poco, a pesar de las piedras en el camino lo va consiguiendo.

El destino lo escribe uno mismo y Carlos tenía desde hace tiempo una hoja de ruta marcada para llegar a ser campeón. Seguro que no imaginó de esta manera su primer podio, pero estaba claro que no podía ser algo normal, tenía que ser saliendo último, con un McLaren que aún no es un coche de cajón, luchando hasta el último metro con unos neumáticos en las lonas y esperando después una decisión que tardó más de lo debido. Pero después tomó el podio por asalto, él, sus amigos y su gente de McLaren, felices después de tanto sufrimiento. Carlos les miraba... una vez me dijo que lo que más feliz le hacía era vez felices a los que quiere. Hay que merecerlo, escribir fuerte, pero a veces se cumplen las hojas de ruta del destino.