Bale, James y el Madrid por montera

En la previa del choque frente al Eibar, Zidane pasó un mal trago intentando salvar la profesionalidad de Bale y James y los dos jugadores han agradecido el esfuerzo de su jefe con una peineta figurada y una sonrisa que huele a mofa para la institución y para la afición. Galés y colombiano se han puesto el escudo blanco por montera y han acudido a lamerse las heridas de su suplencia con sus respectivos equipos nacionales. James, estando mal, tiene todavía el beneficio de la duda porque, hasta el momento, su comportamiento ha sido más que aceptable, pero el caso de Bale ya no aguanta medias verdades ni echarle la culpa a la Prensa. El enamorado del golf cuida su sóleo en el Madrid para ponerlo a prueba con su selección y en el club no hay nadie con la ascendencia suficiente como para detener la situación. Es verdad que Zidane lo quería fuera, pero también es una realidad que hasta que el niño se enfurruñó por no jugar ante el Brujas, había jugado mucho más de lo esperado.

La solución para ambos casos se antoja diferente: mientras que el colombiano está a tiempo de rectificar y echar una mano al grupo de aquí a final de temporada, el Caso Bale ya sólo tiene una salida: acuerdo, finiquito y que se vaya a buscar sonrisas y golf a otro lado. Y que Barnett llegue con una oferta de verdad y no con mucha palabrería barata y poca pasta.