El Madrid se fortaleció en Ipurua

‘Aquí se ganan las Ligas’, titulaba As este sábado sobre una foto del campo de Ipurua, cuya leyenda persiste. Allí perdió 3-0 el Madrid el año pasado, derrota que marcó la deriva del equipo en el año. Pues allí ganó 0-4 esta vez, con una primera parte sensacional en la que borró al Eibar en todo, también en intensidad. Salió bien de la presión, por pura calidad de toque, atacó con claridad, evitando caer en el fuera de juego, que la línea de cuatro del Eibar maneja bien, y tuvo varias individualidades brillantes. Hazard sigue mejorando, Benzema se ha instalado en una especie de estado de gracia eterno y Mendy colaboró muy bien con ellos.

Y conste que la alineación de partida de Zidane provocó una desilusión: no estaba Rodrygo, al que reemplazó Lucas Vázquez. Natural precaución en un campo que exigía trabajo y firmeza (se jugó con frío y lluvia incesante), pero no dejaba de ser un chasco no ver ahí a Rodrygo. Otro cambio sobre lo previsto fue la reaparición de Modric, para descanso de Kroos. A Modric no le pesa ningún campo. Jugó de perlas. Su partido fue una afirmación de que sigue vigente. Con todo eso más un par de penaltis de catálogo con los que el Eibar se complicó aún más la noche, al descanso se llegó ya con 0-3. La segunda parte concretó la goleada.

Con todo eso el Madrid sale muy fortalecido de Ipurua. Y también Zidane, que la víspera se puso de mal humor al ser requerido de explicaciones sobre Bale y James, esos Zipi y Zape que juegan al escondite con él. No deberían dejarle solo en esto. La situación ha llegado al punto en que se exige una explicación del club, para que Zidane se ahorre esos sofocos. En todo caso, bien están fuera, pienso. Dos jugadores que no quieren colaborar, lo que hacen es enredar, y sus compañeros ya no se recatan en quejarse en privado de su actitud. Hay una mejor atmósfera en el grupo si ellos andan por ahí, viviendo su vida. Se vio en Ipurua.