Sólo Osimhen brilla en el nuevo Lille

Una cierta depresión. Tras la brillantísima temporada pasada en la que logró un inesperado segundo puesto en la liga, al Lille le está costando digerir la resaca del éxito. La marcha de futbolistas importantísimos como Nicolas Pépé, Rafael Leao, Thiago Mendes o Youssouf Koné obligó a la entidad norteña a reinventarse y los resultados no están siendo los mismos. Llega al encuentro con el Valencia muy exigido ya en la Champions tras haberse quedado sin puntuar en las dos primeras jornadas, y en la Ligue 1, en la que va séptimo, acumula tres jornadas consecutivas sin ganar. En realidad está a dos puntos de la tercera plaza, por lo que su inicio no ha sido del todo malo, pero es la comparación con el pasado ejercicio lo que amenaza con impregnar el ambiente de negatividad.

Rendimiento irregular de los recambios. Tres de los cuatro fichajes más caros del verano no están dando aún rendimiento. Renato Sanches fue la gran apuesta para la medular. El portugués necesitaba reactivar su carrera tras sus experiencias decepcionantes en Múnich y en Swansea y entendió que en Lille encontraría un contexto propicio. Sigue siendo joven (22 años), pero un nuevo traspiés podría hacerle saltar de la rueda de la élite. Su inicio ha sido dubitativo, y una reciente lesión le ha dificultado la continuidad. No estará ante el Valencia, al igual que un Timothy Weah que insinuó condiciones interesantes en su cesión al Celtic pero que no puede jugar desde el mes de agosto. Y el media punta turco Yazici no ha logrado hacerse con la titularidad pese a los 16 millones y medio pagados al Trabzonspor.

Osimhen, la sensación. En cambio, la incorporación que podía considerarse más arriesgada es la que está justificando plenamente los doce millones invertidos. Es cierto que Victor Osimhen venía de marcar 19 goles en Primera División belga con el Charleroi, pero no había tenido ningún impacto en su anterior experiencia en una gran liga, cuando el Wolfsburgo lo fichó atraído por su actuación en el Mundial Sub-17 de 2015 que ganó con Nigeria. En el Lille entendieron que esa primera aventura le había llegado demasiado pronto y que ahora sí está ya preparado para el primer nivel. Lo está demostrando con creces. Lleva siete goles en liga y uno en Champions, y su potencia, velocidad y determinación en el golpeo están causando estragos en Francia. Si Galtier lo junta en ataque con Loïc Rémy, el Valencia tendrá que estar muy atento a las transiciones ante una pareja de puro vértigo.

Debilidad defensiva, una rareza. Los equipos de Christophe Galtier son, ante todo, muy sólidos. En sus ocho años en el Saint-Etienne se ganó la reputación de estratega defensivo. Por eso sorprende que ahora le estén marcando goles con relativa facilidad. Lleva 16 tantos en contra en 12 partidos oficiales esta temporada y tres partidos consecutivos encajando dos en cada uno de ellos. Le gusta mucho el 4-2-3-1 y los riesgos suele asumirlos por los costados (ahí ubica a Bamba, Ikoné o Luiz Araújo) mientras se blinda por el centro con André y Soumaré.