Al Madrid se le declaran todos los fuegos

No se estabiliza el Real Madrid, que ha enviado mensajes contradictorios durante toda la temporada. Los buenos momentos -le cuesta una enormidad gobernar un partido de principio a fin- han sido menos que los malos. Desde la pretemporada ha sido un equipo con graves dificultades defensivas, sin un plan consistente de juego y una repentina dependencia de Benzema, el delantero del que tantos dudaban y que ahora es la mejor garantía de fiabilidad en el gol. Como en la temporada anterior, Benzema es ahora mismo el mejor jugador libra por libra del Real Madrid, pero es insuficiente para arreglar los numerosos desperfectos de un equipo que se estrelló en Mallorca.

Las sospechas sobre algunos aspectos del Real Madrid se evidenciaron con toda la crudeza. Las bajas de Modric y Kroos tienen mal arreglo en el medio campo. Isco y James no son centrocampistas de cuerpo entero. Fracasaron en Mallorca. Continúa la regresión de Isco, iniciada después del Mundial 2018. No le alcanza el físico. Juega sin entusiasmo. Su expresión corporal es la de un futbolista infeliz.

Valverde, el más destacado en la última jornada, no figuró entre los titulares, a pesar de que su contribución resultaba más necesaria que nunca. Jugó con Uruguay dos partidos amistosos y apenas descansó después del viaje trasatlántico. Lo mismo ocurrió con Casemiro, titular con Brasil, pero está obligado a jugar. No tiene sustituto, un déficit gravísimo en el diseño del medio campo.

James, intentando recuperar una pelota ante Kubo el sábado en Son Moix. El colombiano no tuvo su mejor partido.

El resultado final es un totum revolutum donde la falta de trazo se sustituye por las ocurrencias individuales. Es un equipo largo, sin empastar, que recibe goles en el 90% de los partidos, cualquiera que sea su rival. En ese aspecto sigue instalado en su lamentable pretemporada, acentuada ahora por la escasa contribución de los nuevos fichajes. No jugó Hazard (100 millones) por el nacimiento de su hijo y Mendy (48 millones) tampoco apareció en la alineación.

Militao (50 millones) sustituyó a Varane en la alineación inicial. Todavía no hay veredicto con respecto al central brasileño. Sigue bajo observación. Ninguno de los nuevos ha deslumbrado, ni tan siquiera han convencido, pero el caso de Jovic (60 millones) es preocupante. Por ahora es invisible. Llegó con fama de rematador, pero no remata. En todo lo demás, no existe.

Para un equipo revenido a los ojos de una hinchada que no trempa con unos jugadores muy vistos, los fichajes eran decisivos para retomar el entusiasmo perdido, pero no funcionan. Modric (34 años) y Kroos son más necesarios que nunca. A Casemiro se le agolpan los partidos y la fatiga. A este paso les van a salir canas a los tres.

En Mallorca, el Madrid fue un equipo de voluntades individuales, sin ninguna conexión, sin un propósito definido de juego, con un centro del campo espumoso y un jugador, Vinicius, que tiene la virtud de encender la bomba en cada internada y le estalla en la cara cuando tiene que tomar decisiones en el tiro y en el pase. Con este paisaje feroz, el Madrid sólo tiene una obligación: encontrar al jugador más claro, más listo y más decisivo. Es Benzema, por supuesto. Él siempre encuentra a todos, pero en este caos se olvidan de buscarle.