Márquez machaca a sus rivales

Márquez sigue dando lustre a su palmarés incluso una vez alcanzado el objetivo prioritario del octavo título mundial. Lo hace, evidentemente, porque para cualquier deportista la victoria es una fuente de energía insustituible para tanto sacrificio y esfuerzo. El ilerdense, además, diría que va un paso más allá, pretende machacar a sus rivales como parte de una estrategia que le permita marcar territorio de cara al futuro, en concreto ahora pensando ya en el próximo Mundial de MotoGP. Hace algún tiempo escribía que Marc había conseguido algo nada frecuente y muy complicado: que sus contrincantes saltaran al asfalto pensando que un segundo puesto detrás de él era un buen resultado. Es decir, que se daban por vencidos incluso antes de empezar la carrera.

El nivel de Márquez durante esta temporada ha sido tan abrumador que el resto de los pilotos ha caído en un peligroso conformismo. No digo, como ya comenté en su momento, que renuncien a doblegar al favorito con todas sus fuerzas, tan sólo me da la impresión de que aceptan la derrota como un mal menor. Y esa es, precisamente, la tónica que aspira a perpetuar el campeón. Al margen de la satisfacción del triunfo, el catalán quiere hacer pasar el invierno al resto de la parrilla pensando, o creyendo, que no hay quien pueda con él. El motociclismo tiene mucho de psicológico y si es capaz de seguir arrollando en lo que resta de año, empezará 2020 desde una atalaya privilegiada. Que nadie se le suba a las barbas, en definitiva, ni siquiera de ese huracán que parece aproximarme bautizado como Quartararo.