Rendidos a De Jong

Ha tardado dos meses, pero el Barça ya está en LaLiga. Los bochornos de Bilbao, Pamplona o Granada parecían muy viejos en Eibar. En Ipurua compareció, a excepción de Piqué, un boceto de equipo titular de la temporada con una gran diferencia. Las piernas ya les marchan a los jugadores. Espoleado por los espacios que concedió el Eibar, el Barça jugó a placer, con un De Jong exuberante al que sólo le falta relacionarse algo más con el gol para convertirse en un jugador absolutamente arrebatador. La ovación que le tributó Ipurua no fue casualidad. Es un centrocampista gigantesco. A Arthur le han puesto pilas nuevas y Busquets es el hombre perfecto cuando otros corren y él fija posiciones. Ahí se hace imprescindible.

Fue, además, el primer día del tridente. Después de 187 minutos en los que sólo habían sumado dos goles jugando juntos, marcaron los tres. Pero fue algo más que eso. La sensación de que empieza a haber ciertas complicidades y de que Griezmann es mucho más cuando circula por el carril del medio. El francés hizo el primer gol como extremo, pero asistió a Messi en las jugadas del 0-2 y el 0-3 moviéndose por zonas más centradas. Puede haber debate con su posición en el campo, pero no con su entendimiento del juego. Griezmann era una de las grandes apuestas del año. La otra es De Jong, que ya va coleccionando ovaciones de aficiones rivales.