Tebas insiste en su plan de trasladar algún partido de nuestro campeonato al exterior. Ahora, tras el pinchazo del Girona-Barça, se trataría del Villarreal-Atlético de la jornada 16. Como en el caso anterior, se trata de un club con no tantos abonados, que sacrificaría el partido en su campo, contra otro de muy alta reputación. Ambos aceptarían la incomodidad del desplazamiento a cambio del prestigio internacional que tal hecho les daría. El Atlético trabaja su imagen en aquella parte del mundo. El Villarreal es poco conocido fuera de España, como lo es el Girona, y participar en algo así, con carácter de acontecimiento, le suena bien.

Pierden los abonados del Villarreal, claro, a los que se birla un partido en casa que tienen comprado. Pero se les ofrecen tres posibles compensaciones para escoger una de ellas: 600 viajes gratis a Miami (ida y vuelta, sin hotel) y entrada para acudir al partido; o 3.000 plazas, viaje y entrada incluidos, a Madrid para el partido de la segunda vuelta en el Metropolitano; o, finalmente, para aquellos a los que no satisfaga ninguna de las dos ofertas, un descuento del 40% en el abono de la temporada siguiente. Por su parte, el Atlético lo que querría es que el partido fuera el viernes, porque el miércoles siguiente recibe al Lokomotiv.

Se trata, de nuevo, del propósito de extender la imagen de LaLiga fuera de nuestras fronteras. Existe, claro, la pega de que se vulnera la simetría del campeonato al introducir un partido en campo neutral. En lo primero, Rubiales ya tomó la senda de Tebas al sacar la Supercopa de España, pero se agarrará a lo segundo para rechazar la nueva petición de Miami, que esta vez se le hace en tiempo y forma. No creo que salga, pero alabo la actitud del Atlético, que se apunta a la Supercopa de Rubiales como al viaje a Miami de Tebas. Con ello hace hincapié en que hay un espacio común de provecho general que se podría aprovechar si hubiera entente Tebas-Rubiales.