Récord de Sergio y poco más

El partido del récord de Sergio Ramos, al que hay que felicitar por esos 168 y los que vengan, se quedó en eso. A poco del final pareció que iba a darnos la clasificación matemática, pero se escapó a última hora por un empate que, seamos sinceros, Noruega estaba mereciendo. España, que atacó insistente durante la primera parte, se relajó bastante cuando consiguió el gol, al inicio de la segunda, y acabó entregando el campo y el balón a Noruega. Ellos no son un buen equipo, y menos si Odegaard no juega donde más daño hace, pero mandan pelotazos y corren. Y en una de esas llegó el penalti, en mala salida de Kepa, y el gol.

Justo castigo, decía, a España, que no jugó bien ni cuando la esperaba Noruega ni cuando prefirió esperar, después del gol. El equipo (hecho de once equipos distintos, cosa rara) aisló arriba a sus delanteros, Rodrigo, Oyarzabal y Ceballos. A éste, de extremo izquierdo, le vi fuera de sitio sin lucir sus cualidades. La media Fabián-Busquets-Saúl movía el balón, pero no encontraba rendijas en la defensa cerrada y en toda la primera parte sólo tuvo el auxilio de uno de los laterales, Navas. Bernat sólo subió al inicio de la primera parte, y de su única buena conexión con Ceballos se derivó el gol de Saúl, en tiro desde fuera.

Luego, poco y nada. Un par de tiros estupendos de Fabián que pegaron uno en el larguero y el otro en el palo. Dos chispazos aislados en una segunda mitad mala de los nuestros, que perdían balones en la salida. La buena noticia fue Albiol, que corrigió un par de errores de Sergio Ramos y estuvo tan firme que ha cogido ventaja en este examen de centrales que vemos desfilar optando a acompañar al capitán, que no tuvo su mejor día y se llevó una tarjeta, con lo que no estará en Suecia. En fin, partido incómodo y flojo, en el que sólo nos podemos sentir orgullosos del alegrón que a Noruega le dio el empate. Eso quiere decir que somos gente en esto del fútbol.