Tibu Courtois y el efecto Clint Eastwood

El martes me dio por ver Ejecución Inminente, una espléndida película dirigida por Clint Eastwood en 1999. El polifacético cineasta (en mayo cumplirá 90 años) encarnaba a Steve Everett, un periodista de investigación que tiene serios problemas: es un alcohólico en fase de abstinencia y su matrimonio va camino del naufragio. Pero su periódico le encomienda entrevistar a Frank Louis Beechum, un afroamericano al que han condenado al Corredor de la Muerte por un homicidio que él no cometió. Clint, en la ficción, se fía mucho de sus certezas y eso le llevará a salvar la vida del reo. Conclusión: antes de condenar hay que juzgar con un elevado sentido de la justicia.

En el caso de Courtois yo mismo he sido uno de los muchos que he criticado sus últimas actuaciones en la electrificada portería del Real Madrid. Esa es la exigencia de este grandioso club y de ahí se explica que tenga 13 Copas de Europa. Pero aunque ahora nos entre mejor por los ojos Areola (a pesar de su pifia ante el Granada), a Courtois hay que cuidarle y recuperarle para la causa. No olvido cómo nos quitó una Copa del Rey en 2013, con una actuación asombrosa en la final ante el Atleti del Cholo. Tibu amargó la vida de Brasil en el Mundial de Rusia con una parada prodigiosa a Neymar. Es muy fácil: es un porterazo de talla mundial que no ha estado a la altura de su talento. Exigirle es quererle. Así es como se le ayuda...