El primer Chelsea romántico

Apuesta por la juventud. La elección del entrenador fue consecuente con el contexto. La sanción sin poder fichar obligaba a apostar por los jóvenes, y Frank Lampard era el hombre adecuado para hacerlo por muchos motivos. De entrada, porque los conocía bien: a dos de ellos, Mason Mount y Tomori, los entrenó en el Derby County, donde estuvieron cedidos la pasada campaña. Y después porque su estatus de leyenda del club le permite disponer de un crédito superior ante la hinchada, lo que siempre ayuda a sostener una apuesta arriesgada si los inicios no son los deseados. Y eso es exactamente lo que ha ocurrido: tras tres tropiezos –con goleada en Old Trafford incluida-, Lampard siguió dando la titularidad a los canteranos y dejando fuera del equipo a hombres más consolidados. Y le han respondido.

Abraham, destapado. Muchos le auguraban un porvenir oscuro tras fallar el penalti decisivo en la Supercopa de Europa, pero Tammy Abraham ha recompensado la apuesta decidida de Frank Lampard con siete goles en los últimos tres partidos, un guarismo que le permite encabezar la tabla de realizadores de la Premier empatado con Agüero. El tanto que completó el hat-trick en Molineux muestra su momento de extrema confianza: un recorte de enorme habilidad en el que condujo cambiando la superficie de contacto con toques cortos y rápidos. A Abraham no lo entrenó el curso pasado, pero Lampard lo sufrió como rival: fue el gran goleador del Aston Villa que le quitó el ascenso en la final del playoff.

Mantiene ideas de Sarri. Aunque el italiano fue muy criticado en Stamford Bridge, Lampard está insistiendo con ideas que a su antecesor no le perdonaban. Por ejemplo: cuando coinciden en el once Jorginho y Kanté, el ex del Nápoles es el medio centro posicional y el francés el interior que se descuelga. Lampard fue pieza clave en un Chelsea muy rocoso, físico y pragmático en la era de Mourinho, pero como entrenador parece decantarse más por la asociación y los centrocampistas de buen pie. Mount, de hecho, responde a este perfil: es puro talento.

Nuevo sistema. Lampard formó el sábado en Wolverhampton con una línea de tres centrales y dos carrileros largos. El mismo 3-4-2-1 con el que el Chelsea fue campeón en la época de Antonio Conte, pero que desapareció con Maurizio Sarri y que el joven entrenador inglés aún no había usado. Le dio un gran resultado: su equipo ganó por 2-5 y no sería raro que volviera a emplearlo ante el Valencia. De hecho, parecía incluso pensado para ensayar el plan ante los de Celades. Al alinear siempre el cuadro che a dos delanteros puros, tiene sentido defenderle con tres en el eje de la zaga. Y más si tenemos en cuenta que Kanté aún no está disponible, por lo que la solidez que se pierde en el centro del campo la compensa con una pieza más en la retaguardia.

Rüdiger volvió a caer. El central alemán regresó ante los Wolves tras cinco meses lesionado. Se lastimó de nuevo, lo que obligó a Lampard a tirar de Zouma, que ha cometido varios errores de bulto que han costado goles en contra.