El fútbol que fue y que no debe volver

Hace pocos días se presentó en Vitoria un documental de inminente estreno en Movistar. “España antes del tiqui-taca”. Viene a contar, aunque sólo parcialmente, la diferencia entre el fútbol de tres o cuatro décadas atrás respecto al de hoy. Digo parcialmente porque es una monografía sobre la brutalidad de ese tiempo, pero no me parece mal. Esa es la diferencia mayor. Otra podría ser el estado de los terrenos de juego, hoy felices alfombras en casi todos los casos, otrora barrizales por exceso de uso o de riego malintencionado, o secarrales por falta de riego igualmente malintencionado. Suelos difíciles para los exquisitos.

Pero lo peor era lo otro. Lo peor era la barbarie consentida, alimentada por un ambiente cuartelero y macho en el que ‘lo que pasa en el campo queda en el campo’. Recomiendo a todo aficionado de hoy ver el reportaje. A los de mi quinta y anteriores no les es preciso: ya vivimos aquella brutalidad, en la que cuando el central propio volteaba al delantero rival el estadio emitía un clamor entusiasta. Y no hay excepciones. Vistas en la pantalla con ojos de hoy, algunas entradas resultan inconcebibles. Pero entonces era cosa común y los Amancio, Gárate, Rexach, López Ufarte y demás asumían que debían enfrentarse a eso.

Es el fútbol que se fue y sí ha sido, pero que ya no es ni falta que hace. Toda una generación de árbitros se arrugó ante aquello, y ya se sabe que cuando el gato no está los ratones bailan. Canal + vino a remediarlo. Aquellas patadas televisadas desde siete ángulos no podían sobrevivir, ni los árbitros que las consintieron. Algunos de aquellos feroces defienden en el documental, con áspera sinceridad, aquel mundo en el que prosperaron. Hicieron lo suyo, lo que sabían, lo que su entrenador les pedía y el árbitro les consentía. Pero por suerte, eso ya no pasa. Ahora tenemos un fútbol mejor y no es malo ver de dónde venimos para disfrutarlo más..