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Autor: Matchball

19 GRAND SLAMS

19 razones que explican la grandeza de Rafa Nadal

Nadal es un compendio enorme de virtudes, lo que le convierte en una máquina competitiva casi perfecta. Aquí van 19 de ellas, tantas como Grand Slams luce en su palmarés

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19 razones que explican la grandeza de Nadal
JOHANNES EISELE AFP

En el deporte, rara vez las cosas suceden por casualidad. Y menos si cabe en el tenis, donde hace años que ganan casi siempre los mismos. Nadal es un compendio enorme de virtudes, lo que le convierte en una máquina competitiva casi perfecta.

Aquí van 19 de ellas, tantas como Grand Slams luce en su palmarés. Aunque evidentemente hay bastantes más, como potenciales majors tiene por delante en su excelsa carrera.

1. Consistencia

La regularidad y solvencia del tenis del balear son una de sus señas de identidad. Se encuentra como pez en el agua con los largos y duros intercambios que dominan el tenis hoy en día. Tiene un repertorio de golpes, efectos y ritmos completísimo.

2. Intensidad

Nadal arranca los partidos en el túnel de vestuarios e imprime un ritmo alto de juego y potencia del primer al último punto de cada partido. Ya sea una primera ronda asequible o la final más complicada. Su mejor rendimiento se produce siempre a un alto régimen de pulsaciones, donde muchos de sus rivales colapsan.

3. Nunca se rinde

Nunca. No entiende de treguas. Su confianza en sí mismo y en poder darle la vuelta a una situación adversa, por imposible que parezca, es otro de sus puntos fuertes. Sus rivales saben que no pueden relajarse nunca y que si lo hacen pueden pagarlo muy caro. Es temible incluso cuando va muy por debajo en el marcador.

4. Punto a punto

Por la idiosincrasia del tanteo, en el tenis es clave encadenar series de puntos ganados de forma consecutiva. Como mínimo hay que ganar dos puntos seguidos para anotarse un juego. Nadal no especula con el marcador, ni administra ventajas. Otorga a cada punto la misma importancia, lo que le consume más energía, pero le hace más efectivo y le permite tener la situación de juego más controlada.

5. Un patrón de juego claro

Nadal tiene interiorizado patrones de juego y jugadas que le permiten reducir el estrés mental y tener un mayor acierto en la continua toma de decisiones. Juega casi de memoria, tanto en defensa como en ataque. Sin improvisar en exceso y manteniendo el riesgo bajo control en todo momento. Rara vez juega una bola que no toca en un partido y madura los puntos con maestría. Además, su juego liftado borra la red.

6. Su mentalidad competitiva

Nadal quiere ganar siempre. A lo que se juegue y contra quien juegue. Sea al parchís con su equipo en las horas muertas, a la Play Station o ante un reto improvisado que se le plantee como el de colar una bola en la cabina de prensa de John McEnroe delante de veinte mil espectadores. Es un animal competitivo por naturaleza y perfeccionado a través del entrenamiento de años. Son pocos los que logran ganarle y menos los que pueden presumir de haberle ganado más de una vez de forma consecutiva.

7. Efectividad en los momentos clave

En tenis se puede ganar un partido ganando menos puntos y menos juegos que el rival (sirve de ejemplo la última final de Wimbledon). Los puntos clave de cada set son extremadamente importante por su impacto en la motivación, la moral y el resultado final. Ahí Nadal brilla como pocos, con una gestión de la presión y un control de las emociones ejemplares. En esos momentos es raro verle flaquear o cometer errores de bulto.

8. Un físico privilegiado

La intensidad, la consistencia y su patrón de juego (se mueve como nadie en el fondo de la pista) han ido modelando el físico de Nadal. Es difícil encontrar una mezcla similar de potencia pura, explosividad y resistencia al esfuerzo y capacidad de recuperación tras el mismo. De ahí su tendencia a agotar el tiempo estimado de descanso entre punto y punto de 25 segundos. O su capacidad para mantener vivo un punto remando desde más de cuatro metros detrás de la línea de fondo.

9. Superioridad táctica

Nadal nunca se confía y prepara con mimo cada partido con su equipo de confianza, si bien la experiencia le ha hecho cada vez más autónomo. Conocer los puntos fuertes y débiles de cada oponente le permite saltar a la cancha con un plan de juego claro y posibles alternativas si la cosa no sale como espera.

10. Lectura de los partidos

En el tenis masculino el tenista lucha contra su rival y contra sí mismo solo en la pista. Los entrenadores buscan formas de hacer llegar mensajes a sus pupilos, pero es algo cada vez más controlado y siempre son mensajes muy básicos. En este apartado Rafa es todo un maestro. Siempre interpreta bien desde dentro y a mil pulsaciones lo que no está haciendo bien en cada momento, así como lo que está molestando más a su contrario. Y es capaz de aplicar soluciones en tiempo real. Esa visión preclara le permite tener un índice altísimo de contrabreaks y queda patente en cada análisis que hace de los partidos delante de un micrófono.

11. No regala puntos

Jugar ante Nadal implica tener que ganarle cada punto, ya sea mediante golpes ganadores o forzando sus errores. Lo que, unido a su consistencia e intensidad, convierten cada punto en un combate a cara de perro. Con el desgaste físico y mental que ello supone. En pista Rafa Nadal no da a su rival ni la hora.

Rafa Nadal gana el US Open 2019

12. Se focaliza en lo que depende de él

Esta es otra de sus grandes virtudes. Rafa aprendió desde pequeño a poner toda su atención en el juego y en lo que depende de él. Con su nivel técnico, táctico y mental normalmente basta. Nunca es un problema que haya viento, demasiado calor o frío o que el de enfrente esté en racha. No se despista en pensamientos que le lleven a justificarse, lo hace en aquellos que pueden hacerle mejorar o salir de una situación adversa.

13. Autoexigencia

Una vez que las excusas quedan al margen (vías de escape inconscientes y naturales que busca el cerebro para aliviar la presión, la frustración o la impotencia), a Nadal le ha hecho mejor su elevado nivel de autoexigencia. No se conforma y es su crítico más duro, consciente de lo que hizo o dejó de hacer y estaba en su mano. Sin autocrítica es complicado mejorar en algo.

14. Polivalencia

A pesar de ser indiscutiblemente el mejor tenista sobre tierra batida de la historia, Rafa es mucho más que eso. Así lo avala el hecho de haber ganado torneos en todas las superficies. Su capacidad para adaptar sus rutinas sobre un tipo a otro de pista es notable. Además, se desenvuelve muy bien en los dobles a pesar de jugarlos en contadas ocasiones. Ya es el quinto jugador de la historia con más presencias en finales de Grand Slam en pista dura, por delante de Murray, McEnroe o Edberg.

15. Cubre la pista como nadie

Sus cualidades defensivas son bien conocidas. Es un tenista que siempre obliga al contrario a buscar varios golpes ganadores por punto. Porque la pelota siempre vuelve. Esta cualidad, unida a su físico, le concede ventaja en las enormes pistas centrales de los cuatro torneos de Grand Slam. Su juego de pies es tan notable que es capaz de cubrir la pista de forma asimétrica, con el fin de encontrar más a menudo el golpe de derecha, con el que acostumbra a pasar de la defensa al ataque. Sus ángulos cortos hacen estragos en las piernas del rival.

16. Sus golpes imposibles

Destacaba hace poco el tío Toni en AS una de las virtudes innatas más llamativas de su sobrino: la capacidad de golpear bien la pelota en situaciones extremas, tales como botes irregulares, malos apoyos, situaciones de desequilibrio... Probablemente no hay otro igual en este aspecto. Cuando esto ocurre el efecto que produce en los rivales es devastador… No hay excusas.

17. Mejora continua

Rafael Nadal es en 2019 infinitamente mejor jugador que cuando en 2005 estrenó su palmarés en Roland Garros. Espoleado por su rivalidad con Federer y Djokovic, la evolución de su tenis es muy llamativa en todos los aspectos. Especial mención merece la mejora de su servicio, su revés cortado (una de sus mejores armas hoy por hoy) y su juego en la red.

18. Disciplina

El tío Toni le hizo crecer con una disciplina y unas rutinas que le ayudaron a llegar a lo que hoy es. Mientras la mayoría entrenaba duro hasta que las cosas salían bien, ellos lo hacían hasta que nunca salían mal. El matiz es importante porque se juega como se entrena. Esa disciplina se ha traducido con el tiempo en una profesionalidad intachable dentro y fuera de la pista y una ventaja competitiva frente a las nuevas generaciones. Aunque también en unas manías que le ayudan a mantener el orden y la concentración.

Las manías de Rafael Nadal

Las manías de Rafael Nadal

19. Compromiso

Como sus colegas del Big Three, Nadal vive por y para el tenis. Ama el tenis por encima de cualquier cosa y a ello dedica su vida en cuerpo y alma. Estrenó su condición de profesional en 2001, con 15 años. Dieciocho temporadas después sigue con la motivación de aquellos días, disfrutando con cada victoria, de las emociones y las experiencias que le brinda su profesión. Cuando se trabaja duro y con pasión, los resultados son siempre mejores.

Todos estos valores convierten a Rafael Nadal en un ejemplo a seguir en numerosos órdenes de la vida, de la educación al mundo de la empresa, y en el mejor embajador de la marca España. Un espejo en el que mirarse, un modelo en el que inspirarse. Un tipo extraordinario muy normal, que sigue viviendo y pagando sus impuestos aquí, creando trabajo en su tierra (Nadal Academy), fomentando los valores del deporte y que es solidario con las desgracias de sus paisanos.