El Real Madrid abandona la playa

El Madrid de la temporada anterior abandonó la playa y ganó en Balaídos con novedades respecto al curso anterior. Por contradictorio que parezca, el equipo fue sustancialmente el mismo que tanto decepcionó en un año sin títulos y con poca gente en el Bernabéu. Sin embargo, las novedades fueron reseñables. Jugó, y jugó muy bien, Gareth Bale, que no contaba para Zidane (no lo utilizó en los últimos partidos de LaLiga 2018-19 y declaró durante la pretemporada que el jugador galés saldría del club) y repitió sus magníficas actuaciones en Balaídos, campo que le inspira. Hay algo allí (el césped perfecto, el aire atlántico, un cierto aroma verde y húmedo a Gales, una defensa extremadamente permisiva) que opera como resorte en Bale. Para un jugador que se le daba por despedido, se puede hablar de novedad imprevista.

Siempre ha parecido que el presidente tiene más aprecio por Bale que Zidane, expuesto a una situación muy delicada en Kiev, cuando el jugador declaró que o jugaba de titular o se buscaría la vida en otro lado. Le apoyó el club y la apuesta no funcionó. No se acercó, ni de lejos, al rendimiento goleador de Cristiano Ronaldo.

Frente al Celta ocupó el puesto del lesionado Hazard. Lo mismo hay debate. Ninguno de los dos se distingue por su laboriosidad defensiva y el belga no ha despegado en la pretemporada. O eso, o salta Vinicius, que está huérfano de galones.

Bale estuvo irreprochable. Le ayudó Kevin Vázquez, lateral que debutó la temporada pasada en el Bernabéu, en un partido desastroso del Celta. El sábado jugó su segundo partido y atravesó un calvario. Bale le superó con una facilidad pasmosa. El Madrid encontró esa vía de agua y no la desaprovechó. Marcó pronto, con Bale como protagonista de la jugada. Benzema hizo de ratón de área y dejó la pelota en la red. Vinicius acudió al remate con Benzema. El joven brasileño no dejó mucho más.

Tampoco es frecuente que el Madrid no conceda goles. En el curso anterior se estrelló en el capítulo defensivo, problema que no arregló en la pretemporada: 19 goles en seis partidos. El Celta generó oportunidades, como puede sospecharse de un equipo que cuenta con Iago Aspas y ha añadido a Denis Suárez, brillante en su regreso al club que le formó. Courtois respondió; Varane, también.

La expulsión de Modric, variante muy ligera de la nueva norma, que dicta expulsión cuando se golpea el talón de Aquiles deliberadamente, no inquietó al Madrid. Le mejoró. Todo el mundo cumplió con mucha profesionalidad, sin distracciones. El majestuoso gol de Kroos decidió el partido, otro apunte nuevo en un equipo con poca aportación de goles a cargo de sus centrocampistas. Kroos no marcó ninguno en la pasada Liga. Tampoco Lucas Vázquez, autor del tercero, rindió como rematador. En Balaídos clavó el tercero de un equipo que fue el mismo de siempre, pero con aportaciones infrecuentes y la dedicación profesional que se espera después de un mes de campo y playa.


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