El triunfo por penaltis tras una gran segunda parte no daba la impresión que nos dejó el arranque del Madrid - Arsenal. Los primeros diez minutos nos recordaron el desastre defensivo de la noche del Bayern. Es evidente que Nacho está en un momento irreconocible y que a Carvajal también le está costando coger la forma. Con Lacazette y Aubameyang enfrente eso supone un alto peaje. Pero no le echemos toda la culpa a la zaga, porque el problema es que se acusa muchísimo la baja de Casemiro. Kroos ni vale para ese puesto ni tiene vocación por la recuperación. Ahora es cuando se entiende menos la ausencia de Marcos Llorente.

Pero con 2-0 en contra Zidane movió bien el banquillo y sorprendió a todos dando entrada a Bale y Asensio en vez de los deseados Rodrygo y Vinicius. Al francés le salio bien la apuesta, hasta la desgraciada lesión de Asensio. El mallorquín nos recordó al jugadorazo de hace dos veranos, con golazo incluido. Lamentablemente, se confirmaron los peores augurios y el chaval sufre una lesión gravísima que le hará perderse la temporada. Se le echará en falta, y más ahora que estaba lanzado para recuperar la maravillosa versión futbolística que nos dio hace dos veranos. Lástima. Seguro que volverá más fuerte mentalmente y el madridismo le estará esperando con los brazos abiertos.

La otra noticia del partido la ofreció Bale. De falso 9, mostró una implicación y un compromiso que echamos en falta en casi toda la temporada pasada. Definitivamente, lo del galés es digno de un estudio en un congreso de psicoanalistas deportivos. Ya no sé si lo que quiere es revalorizarse para salir o dar la razón a su agente, el tal Barnett, que ya ha 'amenazado' con que cumpla sus tres años de contrato. En cualquier caso este test dejó más luces que sombras y al menos el equipo afronta el derbi del fin de semana con más ilusión y una afición que sigue a la expectativa. Lo importante es que el equipo siga creciendo.