Francia vuelve a sacar pecho

Por fin, tras muchos años de decepciones y fracasos, Francia puede sacar pecho de sus corredores. Vive algo parecido a lo que vivimos los españoles hace poco con Pereiro, Sastre y Contador. Los protagonistas de este Tour están siendo los galos, y cada vez es más factible ver, como mínimo, a uno de ellos en el podio de París. Thibaut Pinot muestra un estado de gracia. Exhibe un golpe de pedal superior al del resto, y su victoria en el Tourmalet ya no sorprende, son varios días en los que ha mostrado estar muy fuerte. El que sí sorprende, día tras día, es Julian Alaphilippe, al que parece que el amarillo le da alas: segundo en todo un Tourmalet. Sigo pensando que se le puede hacer largo el Tour, nunca ha sido un corredor de tres semanas. Los tres puertos de primera de mañana le pueden costar, pero el francés es un feliz descubrimiento.

La otra sorpresa es que el Ineos no es el Sky que se mostraba tan poderoso y dominante otros años. Tras la mala crono de Egan Bernal, hoy le tocó a Geraint Thomas sufrir. La estrategia del equipo británico pasa por esperar a que Alaphilippe pague sus esfuerzos, y ahí ser los mejores colocados para coger el amarillo. Corredores como Nairo Quintana, Romain Bardet o Richie Porte se han despedido definitivamente. Escuché al colombiano achacar su mal rendimiento a la caída del otro día, pero un golpe en el codo no es suficiente refugio para perder más de tres minutos. Hace unos años veía a Nairo como un claro ganador del Tour, pero a medida que pasan, ese pensamiento se va desvaneciendo. A partir de ahora, Movistar debe buscar victorias de etapa, ya que, por una razón u otra, hacer algo importante en la general parece una utopía.