Al día siguiente de la terrible caída de Chris Froome en el Dauphiné que le ha impedido disputar el Tour, la UCI anunció la descalificación de Juanjo Cobo como ganador de la Vuelta a España 2011 por anomalías en su pasaporte biológico. El británico no andaba para celebraciones, pero poco después se permitió bromear sobre el asunto. Aprovechó un tuit de Bauke Mollema en el que recordaba unas palabras de Joop Zoetemelk: “El último holandés campeón del Tour siempre decía que esta carrera se ganaba desde la cama”. Froome, también acostado, replicó: “Bueno, aparentemente es cierto que puedes ganar una Vuelta desde la cama”. Un mes después, el trasvase se ha confirmado. Cobo no ha recurrido y la UCI ha reasignado la victoria a Froome. Curiosamente, Mollema pasa a ser tercero.

Froome ha ganado una Vuelta en la cama y no reniega de ello: “Más vale tarde que nunca”. De hecho, el africano se descubrió ese año para las grandes en la carrera española, a la que ha regresado con insistencia hasta que por fin pudo incorporarla en su palmarés en 2017. Paradójicamente, Froome dio positivo con salbutamol tras su victoria, pero fue absuelto después de que su defensa inundara la UCI y la AMA de estudios que acompañaban su voluminoso recurso. Una diferencia relevante del músculo que exhiben Cobo y Froome fuera de la ruta. No es la primera vez que una grande cambia su vencedor. No debe entenderse como una mala noticia en sí, porque supone que la lucha antidopaje funciona, pero sí habría que trabajar en que los órganos administrativos acortaran los plazos. Ocho años es demasiado.