La Specialized Turbo Levo (y su variante más radical Turbo Kenevo) es una de las bicicletas de montaña más exitosas entre las ebikes. La empresa estadounidense ha sido capaz de conquistar a muchos aficionados con las cualidades habituales en sus productos, como son un atractivo diseño, unos acabados de calidad, una tecnología avanzada y, desde luego, una imagen de marca que ha convertido a la Turbo Levo en objeto de deseo, pese a que sus precios no son precisamente asequibles.

Como ya comenté al arrancar este blog, la prioridad en los contenidos se refiere a las ebikes de montaña y de un uso eminentemente lúdico, limitando a un protagonismo testimonial otras facetas de la bicicleta eléctrica como la urbana e incluso la práctica del ciclismo de carretera. Sin embargo, me vais a permitir que haga una excepción en esta ocasión, por todo lo expuesto más arriba sobre la trascendencia en el mercado de la Turbo Levo, con el lanzamiento de la Turbo Creo, la propuesta de Specialized para los amantes del asfalto.

En cierta medida se trata de la reinterpretación para la carretera de los conceptos que han hecho triunfar a su hermana de mountain bike. Desde un diseño espectacular hasta una magnífica integración del motor y la batería en el cuadro (desafío más complejo incluso en este tipo de bicis), pasando por unos componentes de primer nivel o la personalización del sistema mediante la aplicación Mission Control. Es decir, todo lo necesario parece para que la Turbo Creo (curiosa denominación, dicho sea de paso, al menos en castellano) marque una época entre las ebikes de carretera.

La gama ofrece varias versiones, con precios que van desde 8.499,90 euros de la SL Expert a los 14.000 euros de una serie especial limitada de su lanzamiento. Los detalles de cada una de ellas los podéis encontrar en la web del modelo, pero sí que hay algunas características comunes que creo que son dignas de resaltar.

El motor, la batería y todo el sistema eléctrico se ha desarrollado por Specialized en colaboración con su equipo de ingeniería en Suiza. El motivo para no recurrir a proveedores externos ha sido, según asegura la marca, no encontrar en el mercado componentes que se ajustaran a las exigencias y necesidades de la nueva Turbo Creo.

El propulsor va ubicado, como no podía ser de otro modo, en la caja del pedalier y entrega de forma constante una potencia de 240 vatios. En cuanto a la batería insertada en el tubo diagonal ofrece una capacidad de 320 Wh, con una autonomía declarada de 130 kilómetros; además, de serie o como opcional según las versiones, la Turbo Creo admite la colocación de una segunda batería auxiliar de 160 Wh que añade otros 65 kilómetros de alcance.

Dentro de la consideración legal de pedelec, el motor eléctrico deja de asistir a partir de los 25 km/h, aunque los ingenieros de Specialized han conseguido una transición sin rozamiento alguno, no se produce un corte brusco que penalice al ciclista.El peso de la versión SL es de 12,2 kilos, una cifra claramente inferior a la de otras propuestas de este estilo y asumible respecto a una bicicleta de carretera convencional. 

La recarga completa de la batería principal se realiza en poco más de dos horas y media, mientras que, al igual que la Turbo Levo, quienes disfruten de esta ebike sobre el asfalto (sin olvidar que existe una versión adaptada al gravel) podrán regular la entrega de potencia en los tres habituales modos Eco, Sport y Turbo.

Y también como con su hermana de montaña, la aplicación el teléfono móvil permite administrar el suministro de la energía dependiendo de las condiciones de la ruta que se vaya a realizar: la función Smart Control maneja todos los parámetros necesarios para calcular en cada momento la potencia precisa para garantizar que la asistencia eléctrica está disponible hasta el final de la salida.

En definitiva, y a falta de conocer la opinión de la prensa especializada después de probarla, la Specialized Turbo Creo se presenta con fuerza en el mercado de las ebikes. Habrá que esperar para saber si el nuevo modelo de carretera es capaz de triunfar como ya lo han hecho las variantes de montaña, lo que sin duda supondría una auténtica revolución para esta modalidad. Será interesante conocer lo que opinan los puristas del asfalto al respecto...