A principios de este año oí hablar por primera vez de Joao Félix. En ese momento no recordaba que ese chico era el mismo que me había llamado la en las semifinales de la Youth League 2016-17. Aquel 21 de abril de 2017, el hoy jugador atlético le hizo dos goles a los juveniles del Madrid en la victoria por 4-2 del Benfica ante el equipo que entrenaba Guti. A principios de este año recibí tres vídeos de jugadas de Joao Félix, como años antes me había pasado con Cancelo y Bernardo Silva. Desde ese instante, empecé a ver casi todos sus partidos. Fue a partir de ese instante cuando descubrí a un futbolista especial, que aúna talento, inteligencia, una técnica depurada, valentía, personalidad... Y precisamente, en esta última cualidad es en la que quiero detenerme. Porque desde su fichaje por el Atlético, no he dejado de oír la misma coletilla: "A ver si es capaz de aguantar la presión de jugar en el Atleti". Pues bien, con sólo 19 años Joao Félix ha sido capaz de liderar al Benfica (cuando el equipo estaba sumido en una crisis que incluso supuso el despido del técnico Rui Vitoria), elevándolo de la cuarta plaza de la clasificación hasta llevarlo a ganar la liga portuguesa, aportando 20 goles (uno cada 143 minutos) y 11 asistencias. Y repito: con sólo 19 años.

Carlos Sequeira, padre del fichaje más caro de la historia del Atleti, define a su hijo como una persona que "siempre se tomaba todo en serio. Es su carácter. Era así cuando tenía 10 años. No ha cambiado y espero que no lo haga". Me cuentan compañeros portugueses que desde Cristiano Ronaldo no habían visto una irrupción tan impresionante como la de Joao Félix y resaltan que tiene algo diferente a los demás. De momento, lo que no tiene es ningún tatuaje, lo que demuestra que escapa a los estereotipos de los futbolistas y que resulta algo excepcional en cualquier vestuario hoy en día. Cristiano Ronaldo, su referente, es otra ‘rara avis’ que tampoco tiene ningún tatuaje. Si el rendimiento de Joao Felix se aproxima al de CR7, significará que la historia del Atlético está a punto de iniciar una nueva era.