Esta semana tiene que ser importante para el Málaga. El lunes comienza la campaña de abonos y algún movimiento tendrá que haber. Por el momento, oficial, nada. Lo más perentorio es conocer quién va a ser el entrenador. El club quiere que siga Víctor y así se lo transmitieron ayer en Madrid los dos dirigentes malaguistas desplazados, Joaquín Jofre y José Luis Pérez Caminero. Ahora tendrá que decidir el entrenador conociendo el proyecto y la cuantía económica de su contrato. Su decisión no se podrá demorar en exceso, porque la pretemporada está ahí mismo, a la vuelta de 15 días. Él sabe que el presupuesto bajará a la mitad y que muchos de los jugadores que entrenó en los últimos cuatro meses no seguirán, unos porque cumplen contrato, otros porque son cedidos y algunos debido a su alta ficha, donde están prácticamente todos los que salieron cedidos esta pasada temporada. Tendrá que pensarlo bien y decidir junto sus ayudantes si se la juega o no. Por si acaso, el Málaga trabaja en otros frentes.

La tarea no es fácil. Ya no se puede hablar del objetivo del ascenso de forma imperativa como esta temporada. Pero como le ha ocurrido a Mallorca, Osasuna y Granada, el dinero no da la opción matemática de ascender. La plantilla será austera, con jugadores propios de la categoría con sueldos de Segunda. Toca acertar y también hará falta algo de suerte para regresar a Primera. Mientras, el presidente, a lo suyo. Intentando prolongar al máximo la sentencia del juicio que perdió con BlueBay. Ahora aclaración de sentencia, luego recurso. Y el Málaga en la encrucijada...