Calero busca abaratar su salida

Ya pasó en Navidad y va a volver a pasar este verano. Uno de los representantes de Calero, Felipe Martínez, el otro es José Redondo, vuelve a revolotear en busca de una buena oferta para conseguir que el de Boecillo pueda saltar de Zorrilla en busca de nuevos horizontes en los que pueda crecer futbolística y económicamente. La idea del entorno del jugador es que el Valladolid se ablande y acepte una oferta inferior al precio fijado en la claúsula de rescisión y que es de once millones de euros. Martínez y Calero piensan que el verdadero precio que se puede llegar a pagar por el defensa blanquivioleta en el mercado es máximo de siete u ocho millones. Por eso quieren el visto bueno del Real Valladolid para empezar a mover el manzano en base a esas cifras buscando un comprador que a día de hoy no ha aparecido por las oficinas de la Avenida Mundial 82. En esas estamos y eso es lo que está pasando.

Y no lo critico. Cada uno es libre de tratar de decidir su futuro y de buscar la resolución de los contratos de la mejor manera posible. Eso es lo que está haciendo Calero, o lo que es lo mismo, su agente, con el consentimiento del jugador. Y ahí es donde el Valladolid deberá demostrar una entereza negociadora que ponga las cosas en su sitio. No sería de recibo permitir la salida abaratada de uno de sus futbolistas a clubes que cobran claúsulas de rescisión y que luego quieren comprar a precio de saldo. Aviso para el Espanyol y que vale para Cuellar y para el Leganés. Que se lo vayan aplicando.