Se llama Rodrygo Goes, por lo que su primer apellido tardará poco en hacer juegos de palabras añadiendo la L que también le ha traído hasta el paraíso del Bernabéu: la magia del gol. Rodrygo Go(l)es tiene sólo 18 años (es siete meses más joven que Vinicius), pero su madurez como persona hace pensar en un chaval con la carrera encauzada y sus piernas controladas por un cerebro sereno y calculador que ha sabido manejar su paso por el Santos de Sampaoli y su salto al Madrid de Zidane con una entereza propia de un veterano. Rodrygo se quedó ayer ensimismado antes de su presentación, al contemplar con devoción la sala de las 13 Champions como si estuviese en la Capilla Sixtina gozando con los frescos de Miguel Ángel. Después habló en su presentación, perfectamente trajeado y elegante, con un español correcto y trabajado, fruto de sus doce meses de estudio en Sao Paulo para no cometer ‘un Bale’. Sus primeros pasos como jugador del Real Madrid son alentadores. Se adivina en él otro delantero moderno, capaz de vencerse a las dos bandas y de entrar por el centro del área. Y una cualidad que quizá le haga ganar enteros respecto de Vinicius: es un gran definidor ante el gol.

Rodrygo ya está aquí. Uno más en la colección de estrellas que Zidane dispondrá desde el 8 de julio. Rodrygo, Vinicius, Hazard, Brahim, Asensio, Lucas Vázquez, Bale… Por banda ningún club del mundo tiene semejante arsenal. Seguro que un par de ellos tienen que salir. Pero Rodrygo no parece que esté en el lote de cedidos. Se le ve con desparpajo y personalidad para quedarse. Zidane decide y está en su mano. Este paulista de 18 años tiene muy buena pinta. Dan ganas de que empiece ya la temporada. ¡Qué equipazo está construyendo el Madrid!