Jovic lo resumió en menos de 30 segundos: "Soy el chico más feliz del mundo. He tomado la mejor decisión. Voy a darlo todo". Y se bajó del atril. Así es el nueve delantero centro del Real Madrid. Fútbol directo, implacable, ariete puro, killer del área, un chaval obsesionado con tres letras: GOL. Se le vio serio, concentrado, riguroso. Una estampa física que impresiona. Tiene 21 años y parece que tiene 30 por su fortaleza mental y física. Te lo imaginas pegándose con Rocky Balboa en un combate por el cetro mundial de los pesados. Es una roca. Inalterable. Imagino a los centrales rivales el pavor que les generará con su sola estampa guerrera y fiera. 

Florentino Pérez, que recordó que las cuatro Champions en cinco años se valorarán como merece con el tiempo, reconoció que con Jovic se inicia el proyecto de la reconstrucción "porque vamos a reaccionar con fuerza, determinación y talento para volver al camino que históricamente ha marcado el destino de este club: la victoria".

Pues Jovic me parece un embajador perfecto para empezar la Reconquista. Jovic traerá goles y espíritu de combate. Hazard, que llega mañana, aportará la magia, el talento puro y la fantasía que pondrá en pie al estadio. Complementos perfectos. Y faltan por aterrizar Rodrygo (hoy se despide del Santos), Militao, Lunin (jugará el sábado la final del Mundial Sub-20), Mendy y quizás Pogba. Muchas caras nuevas que han regenerado la ilusión de una afición que quiere dar carpetazo a este curso horribilis. El nuevo Madrid acaba de nacer. Con Jovic a la cabeza. Un Comandante del Gol. ¡Qué bien le sienta el blanco!