Empate a doses

Uno de los periodistas que comentaban el partido Eibar-Barcelona dijo que el resultado reflejaba "un empate a doses".

Se trata de una fórmula usada con frecuencia en Galicia y Asturias. Tal vez ese periodista tiene alguna influencia de esas comunidades. De hecho, las búsquedas de este tipo de locuciones en Internet suelen corresponder a medios gallegos o asturianos: "El Oviedo suma un punto en Lugo con un empate a doses"; "Antes del descanso, Raúl de Tomás puso el empate a doses" (Rayo-Celta); "Jony y Aspas marcaron los dos goles del Celta en el empate a doses".

La misma construcción se ve a menudo en América: "Chivas y Veracruz regalan un aburrido empate a ceros".

El Diccionario recoge a este respecto en la entrada "empatar": "Dicho de dos o más jugadores o equipos: obtener igual puntuación en un enfrentamiento o en una competición".

Por su parte, la gramática académica clasifica "empatar" entre los verbos "simétricos" (los que reflejan que dos o más personas o cosas tienen la misma participación en lo que hacen, como en "los dos chocaron").

Por tanto, si se produce un "empate a tres", eso significa que cada uno de los contendientes ha obtenido tres tantos.

Al decir, "empate a treses", se incurre en una redundancia porque el plural es superfluo; y se comete una suerte de pleonasmo (como sucede en "nieve blanca" o "carbón negro"), pues forzosamente un empate duplica la cifra del primero en el casillero del segundo. Así que basta con decir el número en singular. Empatar a treses podría entenderse (rizando el rizo) como equivalente a igualar a 33; es decir: ambos tienen los mismos treses.

Por otro lado, decimos "empataron a dos goles" y no "empataron a doses goles"…

Al margen de eso, se suele "empatar con". Pero cada vez se oye más "empatar al": "El Eibar le empató al Barcelona". Quizás funciona ahí, cuando la igualada se siente como una victoria, la analogía con "ganar" ("el Betis le ganó al Madrid"). Por ejemplo, si un equipo pierde 1-2 y luego iguala 2-2, "le empata el partido" a su rival; y eso ampararía la opción "el Eibar le empató al Barcelona".

"Empatarle" a otro se suele relacionar, por tanto, con una previa desventaja: por tratarse de un equipo más débil o porque iba perdiendo. Y de ahí viene "empatársela a alguien", que significa "igualarlo en una acción sobresaliente o extraordinaria" (que el otro había conseguido anteriormente, claro). En ese caso no empatan a doses, pero empatan a méritos. Cada uno los suyos, claro.