El Espanyol ya está en Europa. No, no se nos ha escapado esta opinión antes de tiempo. Tampoco sabemos qué pasará al término de la jornada 38. No nos hemos vuelto majaras, por supuesto que oficialmente el Espanyol no lo está, pero oficiosamente sí. El partido definitivo por la clasificación a Europa ya es jugar, de algún modo, competición europea. Lo de este sábado, con Sevilla y Athletic en liza por un lado y Espanyol y Real Sociedad por otro, nos ha devuelto ese clima de esperanza e ilusión tan propio de las grandes citas europeas. No hay perico al que la semana se le esté haciendo eterna. El sábado juegan quinto, sexto, séptimo y octavo entre sí como si de un playoff se tratara.

Con todos los equipos nadando hacia la orilla con la esperanza de no protagonizar la frase hecha. El fútbol moderno nos ha regalado una última jornada para soñar. Discutido fue el calendario asimétrico de Tebas que parece ahora haber sido ideado por algún maquiavélico cachivache conocedor de todo lo que podría acontecer durante este curso, que no ha sido poco. Llegados a este punto, nos queda una de esas jornadas tan mitificadas por los románticos del balompié. Habrá que ponerse guapos por lo que pueda pasar. Amigas y amigos pericos, llenemos el estadio. Es el partido más importante que se disputará en él desde la inauguración. Los coliseos son recordados por las grandes tardes de gloria vividas en ellos y el RCDE Stadium está ante la primera de ellas.