'The Observer' se jubila del Barcelona tras 41 años de ver, oír y callar

41 años en el anonimato. Tiene mucho mérito convivir durante 41 años con estrellas del balón, de Krankl a Messi por ejemplo y estar pegado a entrenadores tan diferentes como Helenio Herrera o Pep Guardiola y pasar desapercibido. Y más aún si a la ecuación le unes tres generaciones de periodistas. Francesc Satorra lo logró casi siempre. Únicamente salió del anonimato cuando Mourinho regresó al Camp Nou entrenando al Madrid comportándose como un bellaco. La foto del técnico portugués metiendo a traición el dedo en el ojo a Tito Vilanova se hizo viral porque, como explica el propio Satorra "las redes sociales me sacaron del anonimato". A partir de ese momento pasó a ser 'The Observer'. El sábado pasado se jubiló tras 41 años sirviendo al Barça. El partido ante la Real Sociedad fue el último en el que controló la zona de banquillos, el túnel de vestuarios y la zona mixta del Camp Nou. Lo hizo como de costumbre, con la discreción de un gran profesional.

El peor momento. En estas cuatro décadas en primera línea de fuego ha vivido de todo. Desde el retorno de Figo al pisotón de Stoichkov pasando por el triste plante en la Copa contra el Atlético de Madrid. Pero confiesa que el momento más complicado fue el 1 de octubre del 2017 en el Barça-Las Palmas, el único partido jugado a puerta cerrada en el Camp Nou.

Regreso al Gol Sur. Siendo el primero que llega al campo y el último en irse cada día de partido reconoce que difícilmente ha podido ver los partidos porque "siempre estoy a otra cosa". Ahora vivirá una experiencia nueva porque podrá ocupar las dos localidades que tiene en el Gol Sur del Camp Nou y que hasta ahora han disfrutado familiares y amigos.

El libro no escrito. Es imposible encontrar a nadie que tenga el mínimo reproche a este hombre de club al que le han ofrecido lo que no está escrito para que escriba un libro en el que explique lo que ha visto de primera mano. Vale más por lo que calla que por lo que explica. Su relación con los periodistas habituales llegó al punto de confianza de que todos sabían que era inútil tratar de sonsacarle un secreto de vestuario. La discreción es su lema.

Su técnico preferido. Se marcha a falta de un mes para que acabe la temporada en la que dirige el equipo el entrenador que Satorra elige como el técnico con el que ha trabajado más a gusto: Ernesto Valverde.