El Camp Nou dictó sentencia contra Griezmann

La mayoría de los 92.453 espectadores que acudieron al Camp Nou para contemplar como el Barcelona dejaba el presente campeonato visto para sentencia derrotando al Atlético de Madrid corroboraron la sensación que se palpaba respecto a la remota posibilidad de que Griezmann y el Barça retomasen su idilio del verano pasado que a punto estuvo de acabar con el jugador francés en el conjunto catalán, donde le aguardaban con la camiseta del ‘7’ reservada. Tras la negativa televisada y producida por Piqué, del jugador del Atlético la ilusión se ha roto. El Camp Nou, por si quedaba alguna duda, se lo hizo saber al francés y a la junta en directo reafirmando las encuestas que los principales medios de comunicación catalanes plantearon a sus audiencias. Los culés no quieren ya a Griezmann ni en pintura.

En cada una de sus acciones a lo largo del partido Antoine fue abucheado e incluso se escuchó el desagradable cántico de “Griezmann, cabrón, fuera del Camp Nou”. El pueblo culé sigue sin digerir ‘la decisión’. Y el campeón del mundo tampoco es que ofrezca demasiados argumentos para que la grada cambie de parecer. En trece encuentros con la Real Sociedad y el Atlético no ha conseguido hacerle un gol al Barcelona en su estadio. Su papel en el Camp Nou sigue siendo intrascendente.

Aún así, dentro de la directiva y la secretaría técnica, el campeón del mundo sigue teniendo su predicamento, por no hablar en el vestuario, donde es un futbolista realmente valorado. Hace una temporada, su llegada ilusionaba por varios motivos que se han ido diluyendo: era una oportunidad de mercado a causa de su precio y Dembélé parecía perdido para la causa. Un año después, las tornas han cambiado. La escenificación de su negativa se ha tomado como una humillación, Dembélé ya ilusiona hasta el punto de que se le echa de menos y De Jong ha pasado a ocupar el espacio sentimental que Griezmann habitaba en el imaginario de futuro blaugrana. Y por si faltaba dejarlo patente, el Camp Nou habló muy claro. Retomar el dilema de la decisión parece la mejor manera de complicarse la vida por parte del futbolista y la entidad.