Morata se quitó la espina de Mestalla

Ya echo en falta la Nations League, aquel grupo rápido, con Croacia e Inglaterra y buena chicha en juego. Aquellos partidos tenían una vibración que es imposible trasladar a estas tediosas fases de clasificación, ante equipos con frecuencia menores, y con dos plazas para la fase final por grupo, con lo que damos por seguro que España no puede quedar fuera. Es un fútbol sin emoción, también para los menores, que se saben descartados de antemano. Si esto se estratificara por categorías, como la Nationes League, estas selecciones menores jugarían en su nivel, con al acicate de luchar por una plaza de ascenso de categoría.

Pero lo que hay es esto, y eso nos tocó ayer: un partido aburrido. Luis Enrique, al que deseamos lo mejor en este momento difícil, dejó dispuesta una alineación muy distinta de la de Valencia. Sólo repitieron tres. Hubiera preferido insistir en aquel equipo, que funcionó, con algún retoque si acaso. Consolidar aquello, aumentar los automatismos. Estos vuelcos me dan la idea de que late una cierta idea de excursión en estos dobles partidos, que se trata de que jueguen los más posibles. Sólo Pau López y Sergi Gómez se han quedado sin participar ni en Valencia ni en Malta. Sólo Sergio Ramos y Asensio han jugado los dos partidos completos.

A ratos parecía que el partido les sobraba a todos. Malta se echó pronto atrás, España presionó con empeño, pero luego tuvo poco nervio para crear peligro, sobre todo en la primera parte. Una cosa no funcionó: Bernat por delante de Gayá. Pareció no encontrar el sitio. Mucho mejor la banda derecha, con Sergi Roberto y Asensio primero, luego con Navas y Asensio. Morata corrigió su cero de Mestalla con dos goles que le habrán levantado el ánimo, si bien en el primero contribuyó no poco el nuevo Bonello, hijo de aquel que sufrió los doce en la noche histórica. Lo mejor fue el empate del Noruega-Suecia. Dos puntos menos para los suecos.