Pesic amarga el 600 a Laso

Pablo Laso cumplió 600 partidos al frente del Real Madrid, un periodo glorioso en el que ha ganado 16 de los 30 títulos disputados, entre ellos dos Euroligas, y ha jugado 22 finales. Laso llegaba a esta cifra en una jornada muy especial, porque enfrente tenía al eterno rival, el Barcelona, que volvía al escenario del crimen, el WizinkCenter. Me refiero, obviamente, a la polémica final de la Copa del Rey, donde los errores de los árbitros ensuciaron el cierre de la competición. Aquel arbitraje, que perjudicó a ambos, creó mayor resquemor en el Madrid por la dejadez en el visionado de las imágenes. Tanta fue su indignación que hasta amenazó con su retirada de la ACB. De momento sigue ahí, no se ha ido. Y este domingo jugó por el liderato de la liga regular, que asegura el factor cancha en todos los cruces.

Esta vez, los árbitros pasaron inadvertidos, pero el resultado fue el mismo: otra derrota ante el Barça. Desde que Svetislav Pesic aparcó su prejubilación para venir al rescate del Barcelona en febrero del año pasado, su balance frente a los blancos es 6-2 a su favor, y 4-1 en la presente temporada. El Madrid había preparado el choque a conciencia, e incluso había reservado el viernes a Tavares, Campazzo y Reyes. Ni así. El Barça ya se puso de salida 3-13 y Laso tuvo que pedir un tiempo muerto donde demostró ante las cámaras su enérgico carácter. Una imagen que define el espíritu ganador del entrenador del Madrid, pero también la impotencia que, en la última época, sufre ante el Barcelona. Pesic le amargó el partido 600. Laso y el Real Madrid tienen un problema. Y no son los árbitros.