Con 20 años Odegaard ya no tiene escondites

Cuando el 22 de enero de 2015 hizo oficial el Madrid el fichaje de Martin Odegaard, parecía que había descubierto el tesoro mejor guardado del fútbol europeo. El padre del chaval le tuvo de ronda por el Viejo Continente, haciendo pruebas en las canteras del Bayern, Arsenal, Manchester United y Liverpool. Pero no debió convencer a ninguno de ellos. De hecho, sólo el Madrid aceptó pagar al Stromsgodset los cuatro millones de euros que pedían por este zurdo que por entonces tenía sólo 16 años. Entró directamente al Castilla, que entrenaba Zidane. Se le veía estiloso, con una zurda pintona. Era un proyecto de jugón. Pero no mordía, no metía goles, daba pocas asistencias...

Tenía una ficha muy alta y eso no le ayudó en un vestuario de chavales con hambre por ser alguien en la élite. No cuajó. Jugó en el filial 62 partidos, en los que metió sólo 5 goles y dio 9 asistencias. Eso no evitó que el 23 de mayo de 2015 debutase en el Bernabéu, supliendo nada menos que a Cristiano en un Madrid-Getafe que supuso el último partido de Ancelotti en el banquillo blanco. Jugó media hora, sin dejar mayor recuerdo. Dos meses después, Benítez le hizo debutar de titular en la gira de verano. Al descanso lo tuvo que quitar. En sus cesiones en el Heerenveen y el Vitesse ha mejorado, pero no lo veo para el Madrid...