Colombia es una potencia mundial

"Colombia es una potencia mundial del ciclismo", dijo Daniel Felipe Martínez el pasado sábado tras imponerse en la etapa reina de la París-Niza. Detrás, en la segunda posición, entró Miguel Ángel López, también conocido como Superman. El maillot amarillo se lo enfundó Egan Bernal, que subió arropado por su compañero Iván Ramiro Sosa y cruzó la meta junto a su también compatriota Nairo Quintana, que saltó a plaza de podio. Ambos, Egan y Nairo, ocuparon al día siguiente los dos primeros peldaños de la clasificación final. Todos ellos tienen una cosa en común: son colombianos y participan activamente en el Renacimiento del ciclismo de su país, que camina hacia una Edad de Oro superior a la que protagonizaron los escarabajos de la década de los 80 con Lucho Herrera y Fabio Parra como líderes.

El punto de inflexión se sitúa en 2010, cuando Nairo conquistó el Tour del Porvenir y proyectó un brillante futuro, que confirmó con el Giro 2014 y la Vuelta 2016. En este periodo hubo otros tres campeones del Porvenir (Chaves, López y Bernal), y otros tres en los grandes podios (Urán, Chaves y López). Ahora ha eclosionado Bernal, que se anuncia con 22 años como el Ferrari que rebasará a todos. Al lado hay velocistas (Gaviria, Hodeg...) y ciclistas en todos los terrenos. ¿Qué ha ocurrido? La semilla ya estaba sembrada, pero ha encontrado más medios para crecer, en un país que también ha crecido. A eso hay que añadir la cualidad natural que proporciona la altitud, similar a la que artificialmente producía la EPO en tiempos más oscuros. Los métodos y los hábitos han cambiado. Y la semilla da frutos.