Alonso acertó al dejar la F1

Consideré como un desastre que Alonso decidiera abandonar la Fórmula 1, para el propio deporte y para quienes admiramos su talento al volante. Los mejores deben competir entre sí y sigo pensando que el escenario natural para el asturiano son los grandes premios. Sin embargo, admito que acertó buscando nuevos desafíos, por mucho que me disguste que no esté ahora comenzando una temporada de F1 en Australia. Porque la vida allí sigue muy parecida a como la dejó: los Mercedes intratables, Ferrari persiguiendo a los alemanes con el gancho y McLaren contemporizando para salvar los muebles con la mayor dignidad posible. Por supuesto que se trata de la primera calificación del año, de la primera carrera, pero no tiene pinta de que el planteamiento general vaya a desviarse mucho de este guión inicial.

Alonso, por tanto, hubiera seguido sin poder ganar. Y la victoria es lo único que tiene verdaderamente sentido para un piloto de su categoría, que conoce esa sensación única del triunfo, que aspira a seguir disfrutándola y que está capacitado como el que más para hacerlo. Sólo necesita un coche competitivo y él pone el resto. No es palabrería, lo ha vuelto a demostrar en Sebring y seguro que no será la última vez. ¿Es esto un consuelo suficiente? Diría que para el protagonistas sí porque refrenda lo que tan claro debe tener: en pista hay pocos más rápidos que él. Sus seguidores pensamos lo mismo, desde luego, aunque personalmente sigo lamentando que la F1 haya sido tan injusta con un campeón que merecía lucir un palmarés más deslumbrante y, por supuesto, continuar en esa élite del automovilismo mundial.